domingo, 24 de marzo de 2019

Meeting with a ogre: Shrek (2001)

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sábado, 4 de marzo de 2017

Ver desde la cámara

jueves, 10 de septiembre de 2015

La Magia Salvaje que hoy vimos

Cuando entré a la sala de cine a ver “Colombia Magia Salvaje” iba cargado de ganas de que me hablaran maravillas de mi país. Esperaba tomas que me quitaran el aliento, observaciones meticulosas, sonidos imponentes, narraciones fabulescas y ¿cómo no? frases adjetivadas. Soy un espectador acostumbrado a esto, como consumidor de documentales ya se lo que exijo si pago por ver -aunque esta vez me gastaron- una obra tan nombrada. Y me encontré con una pieza audiovisual que cumple con estos requisitos a pesar de tener un guión simple y predecible y una locución que apenas recuerda las mejores interpretaciones de su conductor, pero acaso no puede haber una voz más oportuna para esta obra, por todo y por todo. Al margen de esto, cabe manifestar ese universo de sentimientos que se mezclaron en mi interior mientras observaba las imágenes que cuidadosamente pasaban ante un auditorio tal vez ensalzado en una mezcla de orgullo, asombro e incredulidad. Y es que para mí resulta apenas cautivante ver retratado en la lente cinematográfica lo que veo todos los días a través de diferentes medios pero que la magia de la fotogenia lo hace aún más extraordinario casi al punto de lo ficticio. Encontrar el llamado patrimonio ambiental colombiano, su biodiversidad, sus fuentes hídricas pasando cuadro a cuadro frente a mis ojos y mis oídos fue una experiencia reconfortante. No faltaron las lágrimas. No sé si atribuírselas a las cosas guardadas en el alma o a esas especies animales que cada vez se ven más indefensas frente a nuestro paso devastador, a esas imágenes de colibríes captados con inmensa sensibilidad y gran destreza técnica, o tal vez, a esas tomas aéreas que observan máquinas que atraviesan las montañas con inmensas dragas para extraer recursos minerales. Lo cierto es que lloré y vi llorar a varios de mis compañeros de proyección cuando la cámara volaba sobre el Cocuy, Caño Cristales, Gorgona o el Río Amazonas. También vi saltar de emoción a unos niños al conocer a la rana más venenosa del mundo, a unos cocodrilos que nacen en los llanos orientales acompañados de un arpa que se funde en atardeceres de verdad maravillosos. Escuche al hombre de atrás reírse ante los movimientos de un búho, la picada de una hormiga, la satisfacción en el alimento de un oso perezoso y la arremetida de un grupo de zombis. De repente apareció Chiribiquete y vino un silencio absoluto, absortos en el sobrevuelo de este Parque Nacional quedamos hipnotizados con la imponencia de las rocas inmersas en la selva y adornadas por milenarias pinturas rupestres para muchos ignoradas hasta ese momento, claro que cuando uno se percata de dónde está ubicada esta reserva y recuerda quienes se la pasan allí, encuentra el origen de su desconocimiento. Finalmente me uní al aplauso que inició una de mis acompañantes y se apoderó de la sala mientras aparecían unas reflexiones en texto acerca del papel que jugamos cada uno de nosotros en la conservación de los recursos naturales, lo que sabemos que hay que hacer pero no hacemos: reciclar, ahorrar agua, denunciar el comercio de animales, etc. Cuando baje mi mirada el piso de la sala estaba lleno de basura y con ese aire pesimista que a veces nos atrapa preferí evadir ese escenario dantesco para concentrarme en los créditos en busca de nombres colombianos descartando a los extranjeros no por egoísmo (good job boys!) sino por puro nacionalismo, quería ver nombres colombianos hablando de Colombia, quería saber que ese formidable despliegue técnico y artístico llevaba algún nombre colombiano a la cabeza, pero no, todavía nos falta pero ahí vamos. Sin embargo, hay talento colombiano involucrado en la música, en el equipo de producción y por supuesto en el patrocinio, así que podemos catalogarlo como un éxito. Por otro lado, se necesita una buena dosis de ingenuidad para creer que al paso que vamos, esa riqueza puede ser salvada, pero lo peor es que esa ingenuidad hace parte de nuestra esencia, creemos que todo va a cambiar, que los ríos, los páramos, los nevados, los mares, todos los recursos naturales se van a salvar de nosotros mismos, se necesita mucha ingenuidad para lograr esto y nosotros la tenemos. Fui a ver Colombia Magia Salvaje con muchas expectativas, me encontré con un discurso que se quedó corto realmente corto, ante la imponencia de la naturaleza captada por el artificio audiovisual ¿no sobran las palabras ante esos fotogramas que perpetúan a esa mariposa que lentamente despliega sus alas de belleza incomparable? Pero ¿a quién le importa? Ya existe un documental que trata con justicia esa inmensa riqueza que este país a veces parece no querer. Si fracasamos en el intento de proteger, cuidar y conservar nuestros ecosistemas, nuestra biodiversidad y nuestras fuentes hídricas por lo menos ya quedo impresa en una película de lujo aquella magia salvaje llamada Colombia.

martes, 21 de octubre de 2014

Documental Los Páramos

En este enlace se encuentre el documental "Los Páramos, las montañas mágicas también desaparecen..." de la Patrulla de Los Andes en el marco del Proyecto SER 2009. Este trabajo fue realizado por estudiantes de secundaria del Colegio Bertrand Russell de Chía, Cundinamarca: